La sostenibilidad se está complicando cada vez más y los expertos no lo estamos poniendo fácil. A día de hoy, a las empresas les rodea un mundo de siglas, en el que los mismos profesionales del sector no pueden despistarse ni un sólo segundo para poder estar al día. Y es que, en efecto, la sostenibilidad está creciendo en todos los ámbitos, es una ciencia transversal, que afecta a todos y todos quieren ser protagonistas de la misma y de ahí este maremagnum.
Empresas de consultoría, como la nuestra, debemos ayudar al resto de empresas a cribar el trigo de la paja, ayudaros a conocer aquella terminología que en efecto puede ser imprescindible para vuestros negocios y a separar aquella otra que puede quedar relegada a los verdaderos expertos de cada sector. Y es que la sostenibilidad ha llegado para quedarse y crecer en nuestro día a día, pero debemos hacer que sea sencilla, accesible y fructífera o de lo contrario, generará un fuerte rechazo. No podemos volver locos a los empresarios o incluso a los técnicos de medio ambiente, con siglas que les afectan de lleno y que vienen a complicar cada vez más el día a día empresarial.
Por todo ello, en Inchange impact company, animamos a las empresas a que podamos acompañar a sus departamentos de sostenibilidad, o incluso delegarlos en nosotros, dejad que cojamos el timón del barco en estos momentos de aguas turbulentas, navegad tranquilos y consigamos llegar a buen puerto.
Siglas que indispensablemente cualquier organización debe conocer:
Hay dos siglas que a pocas empresas escapan hoy en día, y hablamos de terminología como ODS o en inglés SDG, que hacen referencia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, una agenda que no está exenta de polémica pero en en absoluto es culpable de las interferencias que respecto a ella se generan. Estas siglas nacen en 2015, cuando Naciones Unidas crea esta Agenda, que compone los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, sobre los que debemos establecer nuestro crecimiento. En este enlace podréis consultar las 169 metas e indicadores que estos 17 ODS tienen. Unos objetivos que tienen como meta poder cumplirse para el año 2030.
Por otro lado, las siglas ESG o en castellano ASG, tampoco escapan prácticamente a nadie y concentran la terminología sobre los principios de Gobernanza, Impacto Social y Medioambientales que están arraigados en las organizaciones, y que cada vez debemos analizar, fomentar y hacer más visibles en nuestras empresas. Fue en 2019 cuando estas siglas tomaron más protagonismo, cuando Larry Fink, el CEO de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, escribió una dura carta a todos los CEOs de las empresas participadas por el fondo, exigiéndoles que sacaran a relucir sus criterios ESG y reportar sobre ellos, exigiendo que las empresas puedan comprometerse no sólo con la cuenta de resultados sino también con su contribución a las personas y el planeta. En 2023, el mismo Larry Fink indicó que dejaría de usar esta terminología por su fuerte politización, pero que no reducía estas exigencias a sus empresas.
Terminología Sostenible asociada a la Información no financiera:
De la misma forma, la Unión Europea en los últimos años ha comenzado un largo camino legislativo en el que se asocia la regulación europea, la sostenibilidad y las finanzas, con el objetivo de poder diferenciar lo que sí es sostenible y qué exigencias debe llevar, de lo que no. Al igual que ha ocurrido en otras ocasiones con otras terminologías como sucedió con las siglas «bio». De ahí, nacen ahora un grueso de siglas que en ocasiones cuesta diferenciar, vamos a intentar dar luz sobre ellas:
NFRD: En el año 2014 se publicó la Directiva 2014/95/UE (LEY 17408/2014), conocida como la Directiva sobre información no financiera. Básicamente, la directiva exige a las grandes empresas, tanto en cuentas individuales como en consolidadas, la incorporación al informe de gestión y cuenta de resultados económicos, un informe que evidencie el Estado de Información No Financiera (EINF, en castellano) que contenga información, sobre la evolución, los resultados y la situación de la empresa, y el impacto de su actividad, relativa, como mínimo, a cuestiones medioambientales y sociales, así como relativas al personal, al respeto de los derechos humanos y a la lucha contra la corrupción y el soborno. En España esta normativa se traspuso en varios RD y leyes, entre ellos las obligaciones exigibles por la Ley 11/2018, de 28 de diciembre (LEY 21270/2018), y son de aplicación para los ejercicios económicos iniciados a partir del 1 de enero de 2018 para las grandes empresas. Una actualización posterior de la norma llevada a cabo el año pasado amplió la obligación a aquellas compañías con plantillas superiores a 250 empleados o que tuviesen una facturación de 40 millones de euros o 20 millones en activos.
CSRD: del inglés, Corporate Sustainability Reporting Directive, es la nueva normativa de la UE que sustituye a NFRD, concretamente la Directiva (UE) 2022/2464 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de diciembre de 2022 . Nació a finales del 2022 para mejorar la información que las empresas facilitan. De igual forma, es obligatoria para todas aquellas compañías con plantillas superiores a 250 empleados o que tuviesen una facturación de 40 millones de euros o 20 millones en activos. Desarrolla unos estándares propios para el reporte elaborados por el EFRAG – European Financial Reporting Advisory Group. Estos estándares se denominan ESRS – European Sustainability Reporting Standars, y en español NEIS, Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad. Son en total doce, y hablaremos de ellos en otro post. El 31 de julio quedaron aprobadas y el 22 de diciembre de 2023 se publicó el Reglamento Delegado (2023/2772). Esta regulación establece al 1 de enero de 2024 como la fecha límite para que las empresas se adapten a estas normas y se ha convertido en el primer paquete de Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad. En este enlace de la web del la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas, queda muy bien explicado: https://www.pactomundial.org/leyes-directivas-normativas-sostenibilidad/directiva-ue-2022-2464-del-parlamento-europeo-y-del-consejo-de-14-de-diciembre-de-2022-por-lo-que-respecta-a-la-presentacion-de-informacion-sobre-sostenibilidad-por-parte-de-las-empresas/
NEIS, Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad. Han sido adoptadas por la UE el 31 de julio de 2023. Y el 22 de diciembre de 2023, la UE publicaba el Reglamento Delegado (2023/2772) por el que entraba en vigor. Esta regulación establece al 1 de enero de 2024 como la fecha límite para que las empresas se adapten a estas normas y se ha convertido en el primer paquete de Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad. Las NEIS tienen el objetivo de establecer un marco común de presentación de información sostenible y otros aspectos como los criterios ESG. Estas normas son de uso compulsorio para empresas que deben reportar de acuerdo con la Directiva Europa sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD).
GRi: Global Reporting Initiative, ha sido hasta ahora, el estándar más ampliamente extendido para la elaboración y certificación de los reportes o memorias de sostenibilidad. Actualmente, el desarrollo de los ESRS, se ha alineado con GRi, para evitar que se tengan que hacer dos reportes diferentes.
Terminología sostenible asociada a las finanzas:
Por último y para no extendernos más con este post, damos luz sobre algunas de las siglas más comunes en la terminología asociada a la sostenibilidad en el mundo financiero, y es que como comentábamos más arriba, desde el año 2019, los fondos de inversión están posicionándose fuertemente en exigir a sus clientes criterios de sostenibilidad en las inversiones y la UE está trabajando duramente para dar luz a todo ello:
SFDR, es el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles, elaborado por la UE, concretamente se denomina Reglamento (UE) 2019/2088 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de noviembre de 2019 sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros. Entró en vigor en marzo del 2021 y tiene por finalidad ayudar a los inversores a poder elegir los productos de inversión acorde al grado que muestran de sostenibilidad. El SFDR promueve una clasificación de estos productos en tres categorías, según rige el propio reglamento: Artículo 6. Productos que integran riesgos de sostenibilidad, Artículo 8. Productos que promocionan características de sostenibilidad y Artículo 9. Productos con un objetivo de inversión sostenible.
ISR, Inversión Sostenible y Responsable, o quizás lo verás en inglés, SRI. Las inversiones sostenibles son aquellas, que tienen en cuenta de manera relevante las cuestiones medioambientales y sociales a la hora de realizar inversiones. Suponen un cambio profundo en el paradigma económico y aportan rentabilidades estables a los inversores. El World Economic Forum, ya fijó hace más de una década la fuerte relación existente entre la economía y la sostenibilidad y cómo una inversión era mucho más segura cuanto más sostenible sea. No obstante, para poder asegurar una correcta inversión sostenible, debemos poder reportar muy bien los criterios ASG / ESG de esta inversión y ahí la información que faciliten las empresas es crucial para poder asegurar esta inversión.
GIIN, Global Impact Investing Network. Estas siglas corresponden a la Red de Inversión de Impacto Global, una red desarrollada por expertos financieros y grupos de inversión que trabajan por la promoción y la inversión de impacto. La inversión de Impacto es una inversión realizada con la intención de generar impacto social y medioambiental a la vez que generar rendimiento financiero. Este tipo de inversión se considera una de las clases de inversión más avanzadas, ya que busca la generación de retorno económico, social y/o ambiental al mismo tiempo.
Además, el GIIN define cuatro características principales que hacen que las inversiones de impacto sean diferentes de otros tipos de inversión:
- Intencionalidad: las inversiones contribuyen intencionalmente a soluciones sociales y ambientales.
- Rendimientos financieros: las inversiones buscan un retorno financiero sobre el capital que puede oscilar entre por debajo de la tasa de mercado a la tasa de mercado ajustada al riesgo.
- Clases de activos: la inversión de impacto se puede realizar en todas las clases de activos.
- Medición de Impacto: remarca el compromiso de los inversores de medir el impacto social y ambiental de sus participadas.
PRI, Principios para la Inversión Responsable, por sus siglas en Inglés. Son promovidos por Naciones Unidas. Es una iniciativa consistente en una red de inversores que trabajan juntos para llevar a la práctica el fomento de los reportes de criterios ASG/ESG por las empresas y el fomento de la inversión responsable.
Para finalizar, si todo esto lo entiendes pero necesitas la seguridad de un experto, o si todo esto te suena a chino…es el momento de contactar con nosotros, en hola@inchange.es y te ayudaremos en tu proceso de transformación.
Me ha encantado. Tanto que me lo pienso imprimir y guardar en «bibliografía sostenible importante»
Gracias
Gracias. Un documento de gran ayuda.